La guardia fue muy
larga y la mañana se abría luminosa y nueva, como la mirada de un niño. Intentó
concentrarse en lo que veía a su alrededor para intentar detener los
pensamientos que seguían girando en su interior más allá de la noche. Una
guardia era también un estado de conciencia, una fragmentación del tiempo, un
sobresalto de sensaciones que se
amontonaban y desaparecían como copos de nieve. Recordó lo que habia cambiado
su percepción del mundo en los ultimos meses y se comtemplo haciendo
aspavientos contra enemigos invisibles que no conocía del todo pero que quizá
siempre habían estado ahí. Pensó que
había que luchar por defender un lugar en un mundo habitable pero se sintió tan
solo como esos viejos que ya no irían a ninguna residencia de ancianos porque decían que eran
responsables de la quiebra de los bancos. Así que caminó por la ciudad buscando
el rastro de la vida entre el rumor de la gente que parecía ir a alguna parte o
tomaba café en los veladores que estrenaban el verano. Decidió no rendirse del
todo. Recordó a esa chica que murió tan
joven. Se compró un sombrero y una brújula en un mercadillo. También fue a
buscar un libro que había encargado.
Necesitaba leer de nuevo este prólogo que copió lentamente tratando de
coger impulso.
"Tres pasiones
simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de
amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento
de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado
de aca para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo oceano de angustia,
hasta el borde mismo de la desesperación.
He buscado el amor,
primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo
hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo
he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en
que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e
insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del
amor he visto en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han
imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer
demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que, al fin, he hallado.
Con igual pasión he
buscado el conocimiento. He deseado entender el corazón de los hombres. He
deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprehender el
poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he
logrado, aunque no mucho.
El amor y el
conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el
cielo. Pero siempre la piedad me hacía volver a tierra. Resuena en mi corazón
el eco de los gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por
opresores, ancianos desvalidos, carga
odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten
en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente
aliviar el mal, pero no puedo y yo también sufro."
Esta ha sido mi
vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me
diese la oportunidad."
Autobiografía
Bertrand Russell
A mí también me gustaría vivir la vida de Bertrand Russell... :D
ResponderEliminar